domingo, 28 de febrero de 2010

Minutos de Terror: Mi experiencia en el terremoto



Ayer, a las 3:34 de la madrugada,ocurrió un evento tremendo que ha sacudido - y no literalmente - a todo mi país, Chile.

Ocurrió el terremoto más grande que había pasado desde 1985, el cual tuvo 7,8 Grados en la escala de Richter, en cambio, este tuvo 8,8 grados. (50 veces más intenso que el de Haití, y el segundo más fuerte en las últimas dos décadas)

Aquí va mi experiencia:

- Ayer, yo me había dormido a eso de las 3:10 de la madrugada, en medio de crujidos y movimientos extraños, y llantos de parte donde mis perros, pero todo eso se lo atribuí a mi imaginación.o
No mucho tiempo después, me desperté con intensos movimientos y el ruido de cosas cayendo a mi alrededor, y escuchando la voz de mi madre pidiéndome que me levantase.

Totalmente confundida, con un extraño miedo, me levanté, tratando de mantener el equilibrio, y nos protegimos debajo del marco de la puerta de mi habitación, ya que no podíamos movernos mucho más.

Cuando todo pasó, nos dirigimos al primer piso, en busca de mi nana y a ver los daños que ocurridos. Todo eso sin electricidad, y por lo tanto, nada de luz.

Gracias a Dios, teníamos velas y un par de linternas, con las que pudimos la damnificaciñon que tuvo el terremoto, la cual no pasó - en nuestra casa - de una cuantas resquebrajaduras y cosas rotas. Pero por lo menos nosotras estabamos a salvo.




Ya ha pasado algo de tiempo - no mucho, pero algo - y, a través de la radio y un poco de TV, nos hemos podido enterar de lo horrible que fue el terremoto para el país, y, como si no fuera ya suficiente, un tsunami también se produjo.
Es deprimente escuchar como minuto a minuto se suman muertos al conteo de vidas que se ha llevado este desastre, y como las vidas y sueños de mucha gente se han ido al suelo.


Por todo esto, le ruego a Dios, y le pido a los chilenos:
¡¡FUERZA CHILE!!

viernes, 26 de febrero de 2010

Scones y Una Celebración



¡Feliz Cumpleaños!

Ya algo recuperadas del terrible terremoto que sacudió a mi país, y aguantando las innumerables réplicas, decidimos celebrar el cumpleaños de mi mamá.

Por lo que el día antes de la celebración me puse manos a la obra y busqué alguna receta entre los varios libros que tengo, y repentinamente me acordé de que mi madre me había hablado que ella comía scones cuando pequeña, y que le encantaban.
Gracias por la pista, má ;)

Por lo tanto, junte todos los ingredientes y me puse manos a la obra.

Salieron 7 scones bastante más delgaditos de lo que deberían salir, pero es que si los hacía mas gruesos, me salían menos! Por lo que recomiendo o hacer dos veces la receta, o duplicarla.

El sabor es bastante bueno. Disfrutamos los scones con una rica mermelada de frambuesas ;)


Esta es la receta: de El Gran Libro de la Repostería
Ingredientes
225 gr. de harina blanca con levadura
1 cucharadita de levadura en polvo.
40 gr. de mantequilla o margarina dura (recién salida de la nevera), en trozos
150 ml. de leche (aproximadamente)
Huevo batido o leche, para pintar la masa

Preparación
1. Tamizar la harina, la sal y la levadura sobre un bol. Incorporar la mantequilla con los dedos hasta que la mezcla parezca pan rallado. Añadir la leche en cantidad suficiente para obtener una masa blanda.
Nota: Para que la masa suba, conviene no amasarla demasiado.
2. Sobre una superficie enharinada, estirar la masa hasta que tenga 2 cm. de grosor (la mía tenía más o menos 1 cm.). Con un cortapastas redondo y liso, recortar círculos de masa.
3. Colocar los scones en una bandeja de hornear engrasada, y pintar la parte de arriba con el huevo o la leche. Hornear a 220ºC por unos 12-15 minutos (hasta que estén doraditos y hayan subido) Dejar enfriar en una rejilla metálica.


Yo sin querer le eché demasiada leche a la masa y quedo pastosa, por lo que tuve que arreglarla con harina sin levadura, por lo que tengan cuidado al momento de vertir la leche para que no se pasen.
Los scones se pueden tomar con nata, mantequilla o mermelada... o bueno, lo que les apetezca!

P.D.: Gracias a todos los comentarios que recibí el otro día, me han subido el ánimo :)

jueves, 25 de febrero de 2010

¡Uy, pero que rabia!

Querid@s, no quiero arruinarles el día ni nada por el estilo, pero necesito contar en alguna parte lo que me ha pasado hoy, ya que por aquí hay tantas personas maravillosas que pueden darme sus consejos.

Hoy, estabamos mi madre y yo paseando por la capital de mi país llamada Santiago, por un lugar que se llama Providencia, que es conocido por el alto índice de delincuencia, lamentablemente.

Nosotras estabamos paradas de lo mejor viendo una linda tienda de antiguedades, y una pareja de adultos estaba también al lado de nosotros. Aún así, no nos percatamos de un... hombre (no diré la palabra que cruzó mi cabeza en ese momento) que se acercaba sigilosamente a nosotros.
De una forma sorpresiva y rápida, el sinverguenza tiró de un hermoso colgante en forma de crucifijo que llevaba mi madre, y escapó antes de que pudiesemos atraparlo siquiera.

Hace tiempo que no experimentaba tantas emociones juntas: rabia, impotencia, odio, tristeza, sorpresa, inquietud.
Y más que nada, una sensación que permaneció por todo el tiempo que estuvimos allí: la de vulnerabilidad.

No lo denunciamos ya que, por la justicia de mi país, lo más probable es que hubiese salido libre. Confío en que Dios le ayude a darse cuenta de sus errores, y si no es así, pues que lo lleven a la cárcel.
De todas formas, se lo merece.

Pero bueno, espero que podamos recuperarnos y dejar este injusto episodio en el pasado.

P.D.: Les dejo la advertencia a los chilenos que se paseen por aquí y planeen ir a Providencia: Tengan especial cuidado con hombres bajos, de pelo oscuro y tez morena, y ropa negra.

miércoles, 24 de febrero de 2010

El Descubrimiento: Galletas de Avena


Nom nom nom nom nom...

Ese es el sonido que siempre escucho cuando hago estas galletas y mi padre vuelve del trabajo. ¡Es un completo fan de ellas!
Aunque bueno, no lo culpo, son una delicia.

Además, aparte de que saben muy bien, me llenan de nostalgia cada vez que las hago: fueron mi primer intento galletil que tuve al descubrir lo divertido que es cocinar, y las millones de recetas que hay rondando por internet. Si incluso guardé miles de documentos de word llenos de enlaces a diferentes recetas que encontraba. (... y casi termine con la memoria del computador en el camino, jé.)

Ahora, volvi a hacerlas ya que mi se fue de viaje y no se podía ir sin su reserva de galletas. ¡Y yo tampoco!



Bueno, aquí va la receta: (tomada de Las delicias del buen vivir)

Ingredientes:
1 taza de aceite
1 taza de azúcar blanca
1 taza de azúcar morena/parda/mascabado
2 huevos
1 cucaharadita de extracto de vainilla
1 ½ taza de harina sin polvos de hornear
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de polvo de hornear
3 tazas de avena de hojuelas enteras (yo usé Avena Quaker 'Instantánea')
1 taza de pasas o mitad pasas/mitad nueces (opcional)

Preparación:
Precalentar el horno a unos 175ºC.
Acremar con la batidora el aceite con el azúcar blanco y el moreno, añadir los huevos, el extracto de vainilla y luego las pasas (o nueces - opcional). Luego incorporar todos los ingredientes secos (mezclar en un posillo aparte la harina sin cernir, con la sal y el polvo de hornear) y la avena.
La mezcla se pone algo resistente en este punto debido a que esta seca, por lo que se puede terminar de mezclar con un cuchara de madera o, en mi caso, mezclar con la batidora a lo bruto (pero no lo recomiendo, la cocina puede quedar llena de extrañas manchas).
En una bandeja colocar el papel mantequilla e ir depositando bolas de masa (primero sacas masa con una cuchara y luego la pones en tu mano, o tomas masa con las manos con un poco de agua para que no se te peguen), dejando por lo menos 3 centímetros entre una y otra.
Hornear por 15 minutos aproximadamente, retirar cuando se comiencen a dorar y dejar enfriar.